Seguro que no es la primera vez que lees o escuchas hablar sobre el mundo consciente o el mindfulness y si no, ¡es hora de ponerse al día!
El mindfulness es todo un movimiento que se centra en vivir en el presente. Para que los menos zen lo entendáis, se trata de saborear cada instante del presente, sin preocuparnos o divagar por lo que sucedió en el pasado ni por lo que nos deparará el futuro.
Ya sabemos lo que estáis pensando… ¿Esto no ocurre solamente en los templos budistas o en los estudios de yoga? ¡Respuesta incorrecta!
Es una forma de vida que puedes aplicar en tu día a día. ¡Aquí van tres ejemplos para que puedas empezar hoy mismo a practicarlo!
Concéntrate en la respiración
Esta es una de las prácticas más conocidas, se conoce como respiración consciente. Consiste en prestar atención y concentrarte en la respiración.
Pensaréis que respirar es la acción corporal más sencilla del mundo, pero enfocarse en la inspiración y espiración, huyendo de los pensamientos que nos puedan preocupar… ¡es todo un reto! Pero una vez lo consigues, podrás centrarte en el instante en el que te encuentras con una actitud más relajada.
Sí, en la comida también existe el mindfulness
La alimentación consciente o mindful eating consiste en lo que más les gusta a muchos: ¡prestar toda nuestra atención a la comida y en nutrir nuestro cuerpo! Con ello evitamos distraernos con la tele o el móvil y concentrarnos en disfrutar de cada bocado. No hay un mejor plan que comenzar a utilizar esta técnica degustando un delicioso snack de MIOS!
Además, el mindful eating también significa hacernos preguntas como: ¿tengo hambre?, ¿estoy aburrido?, ¿me apetece algo más? Respondiéndonos a estas preguntas conoceremos mucho mejor a nuestro cuerpo y, sobre todo, ¡disfrutaremos mucho más de cada plato o snack!
Conecta con tu cuerpo a través del movimiento
Así es, al realizar ejercicio de forma consciente también estás poniendo en práctica el mindfulness. Pon atención a los cinco sentidos, especialmente controlando tu respiración y centrándote en cada movimiento. No permitas que ningún pensamiento negativo se adueñe de tu cuerpo.
Esperamos que estos consejos te hayan servido de ayuda y te acuerdes de ellos cada vez que te alimentes o simplemente quieras relajarte. Ahora ya lo sabes, ¡estás practicando el mindfulness! Que no solo es una tendencia, es un estado mental que puede mejorar tu vida.