CONSTRUYE TU ESPACIO INTERIOR (En lo que dura una bolsa de MÍOS)

CONSTRUYE TU ESPACIO INTERIOR (En lo que dura una bolsa de MÍOS)

Aparta tus ojos de la pantalla.

Lo que ves a tu alrededor es el mundo exterior.

(Vaya obviedad, ¿no?)

Un lugar que reclama tu atención a todas horas mientras te impide conectar con lo que llevas dentro.

Esa notificación de WhatsApp, la conversación de tus compañeros de mesa, el mundanal ruido que te rodea.

Todas estas interrupciones te obligan a “mirar hacia fuera”.

Hoy queremos que mires hacia dentro. Porque te vas a encontrar con un vasto e inexplorado lugar en el que podrás refugiarte en cualquier situación.

El primer paso para empezar a construir ese espacio interior es asignarle un momento y lugar en tu rutina. No hace falta que sea perfecto, ni que sea a la misma hora, ni que se alineen los astros ni mucho menos. Solo hace falta que ocurra. Te ayudará tener bolígrafo y papel a mano.

Segundo.

Ahora empieza el ejercicio.

Préstale atención a tu cuerpo. ¿Te encuentras cansado? ¿Te duele algo? ¿Notas tu peso sobre el asiento? Ponle atención a cada poro de tu piel, a cada articulación, músculo y hueso.

Tercero.

El viaje a tu interior sigue su curso… aún más a dentro.

Observa, con la misma naturalidad con la que observabas tu cuerpo, cómo son tus emociones y sentimientos.

Escucha el runrún de tus preocupaciones y nómbralas.

Anota todas estas observaciones, tanto físicas como emocionales, en un papel o cuaderno.

Ahora que están escritas, han dejado de ocupar un lugar en tu interior y puedes desprenderte de ellas.

Intenta repetir esta rutina a diario.

Lo importante no es el resultado de lo que escribas, sino que aprendas a conectar con lo que llevas dentro.

Sigue disfrutando de tu deliciosa bolsa de MÍOS porque te la has ganado. (No es imprescindible que lo hagas, pero, en cierto modo, nos ayuda a escribir este blog).

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